A 400 km de Santiago -en la carretera interior que une Tongoy con Guanaqueros- se encuentra Playa Blanca, un lugar conocido por sus aguas color turquesa y por la tonalidad clara de la arena de donde obtiene su nombre. Gracias a su belleza única y la tranquilidad que ofrece, este lugar se ha convertido en el destino preferido de muchas familias que buscan potenciar la unión familiar junto a la naturaleza.
Además, es ideal para vacacionar con niños ya que, en comparación con otras playas de Chile, el mar suele estar calmado, lo que la convierte en un balneario perfecto para nuestros hijos pequeños.
Otras de sus ventajas es la cercanía con santuarios naturales de la localidad de Tongoy y su enorme riqueza de flora y fauna: 1.500 especies endémicas constituidas por numerosas aves, especies de flora y mamíferos como el zorro culpeo y el cururo. Incluso, podemos avistar los hermosos delfines nariz de botella.
Por otra parte, se puede practicar el buceo en Playa Blanca -donde se encuentra una escuela donde se puede obtener la certificación PADI mediante cursos- y deportes acuáticos como el snorkel, navegar en kayak, entre otras actividades con la familia.